Decoración / Vida y estilo
Decoración

Recibidores: 40 propuestas chic

 

Dice Constance que el recibidor tiene mucha más importancia de lo que puede parecer a simple vista. Aunque lo percibamos como un lugar de paso, sin más, el recibidor (hall, vestíbulo) es la primera habitación que podemos visualizar al acceder a una vivienda: su tarjeta de presentación.

Más allá de la imagen que transmita, es importante dotarlo de todo lo necesario para que cumpla sus funciones. Es el lugar perfecto para dejar y recibir la correspondencia, depositar las llaves a fin de que no se desperdiguen por toda la casa y estén siempre a mano (especialmente cuando tenemos prisa) y es el sanctasanctórum de todos los paraguas de la familia. En el recibidor debemos disponer, si es posible, de un espejo en el que poder darnos el último visto bueno antes de salir a la calle… esa luna que nunca podemos dejar de contemplar (aunque sólo sea de reojo) y que, antes de atravesar el portal, nos advierte con total imparcialidad (como si de nuestra madre se tratara), de si debemos “quitarnos algo” (como diría Chanel), que pueda estar de más en nuestra indumentaria. El recibidor es el rincón perfecto en el que realizar ese loco “trasvase de contenidos” de un bolso al otro que hacemos la mayoría de mujeres. En el recibidor abrimos a nuestros amigos y seres queridos las puertas de nuestra casa y los despedimos…¡Cuántos gestos, acciones y rutinas de nuestro día a día, se producen en ese espacio, sin que apenas nos percatemos!  Sin embargo; si existe una función importante para un recibidor, es la de hacer que nos sintamos “salvados” después de un día difícil o ajetreado. El recibidor que, —puede ser la puerta de entrada al paraíso o al infierno y que, en definitiva, nos da una pista muy significativa de cómo serán el resto de la vivienda y la personalidad de quienes la habitan—, debe invitar a entrar y a quedarse y no tiene necesidad de ser ni demasiado rígido ni tampoco menos acogedor que el resto de la vivienda.

En la actualidad, debido a la disminución de espacio que sufren las viviendas de nueva construcción (en algunas accedemos directamente al salón), el recibidor está perdiendo su razón de ser, y es muy probable que, con el paso del tiempo, se acabe convirtiendo en un espacio propio de “casas antiguas”. Sin embargo; con dimensiones más o menos generosas, aun disponemos de recibidores. En el post de hoy, Constance ha seleccionado distintos estilos para que todos podamos inspirarnos en alguno de ellos.

Empezamos con un recibidor de estilo mediterráneo, sobrio, amplio y luminoso:

Un tesoro art déco:

Indefinible y sublime. Colores vivos y predominio del azul. Atención a las piezas en verde de la araña de cristal de Murano.

El azul favorito de Constance (blue royal). Magnífico el contraste de este color con las maderas.:

Blanco, sencillo, luminoso e inmaculado. La chispa la aporta el contraste del suelo en madera oscura.

Estilo château con cómoda y espejo decapados.

Puerta con arco de medio punto y vistas al mar…

Precioso y entrañable paragüero de estilo modernista. Lo hace todo:

De estilo neoclásico:

Colorista y desenfadado… ¡quién dijo miedo!

En este recibidor que vemos a continuación, manda el color azul pálido. Atención al contraste que hace este color con la cómoda y los tonos granates del tapizado de la silla y las pantallas de la pareja de apliques.

A rayas en blanco y negro: a este recibidor proyectado por Hilary Thomas, las rayas le otorgan mucha personalidad:

Otro recibidor de estilo mediterráneo:

Techos de altura, baldosa hidráulica y puertas en azul grisáceo:

Al más puro estilo british:

Con muebles de diseño, en tonos blanco y negro.  La butaca y el piano añaden el toque de color.

Azul royal con retratos de fondo oscuro.

Muy inglés. Preciosa la cómoda por su sencillez. El contraste entre maderas blancas y maderas naturales le aporta calidez:

Un recibidor proyectado por Isabel López-Quesada: la puerta de entrada está pintada en verde carroza, a mano derecha; tres espejos superpuestos y posiblemente envejecidos.

Rústico inglés: impecable el grabado y, en general, el contraste de todo el mobiliario con el suelo de piedra.

Ecléctico: un recibidor proyectado por Patricia Urquiola.

Un recibidor dentro de la línea Thoroughbread de Ralph Lauren Home.  Atención a la lámpara holandesa con tulipas:

Otro recibidor de estilo inglés.

En blanco y negro:

Francés, inmenso, de estilo Luis XVI:

Un recibidor proyectado por Isabel López-Quesada: fresco y mediterráneo.

Con toques orientales:

Un espejo espectacular el de este recibidor diseñado por Robert Couturier, de hecho, es portada de alguno de sus libros:

Esta combinación entre el blanco de la madera y el tono piedra de la pared le aporta sosiego a este sencillo recibidor:

De estilo mediterráneo:  dos olivos nos dan la bienvenida.

De estilo chinoiserie:

Cálido y acogedor con una preciosa colección de grabados. Otro recibidor de I. López-Quesada.

De estilo nórdico:

De estilo coastal:

De estilo coastal: la frescura del blanco y el azul. 

Una versión más rígida del estilo coastal:

De estilo coastal con muebles y objetos chinescos.

Con estatua y jugando con tonos grises y negros.

Con papel pintado chinesco:

Y nos despedimos hasta la próxima entrada.
¿Os ha gustado esta entrada? si es así, os damos las gracias por compartir.

Feliz inicio de semana.

Este artículo tiene 4 comentarios

  1. retroyconencanto

    ¡Magníficos recibidores todos ellos, Laura! Una de nosotras tiene uno bastante amplio y que le da mucho juego decorativo, convirtiéndose casi en otra estancia de la casa. La otra lo tiene más pequeñito, pero práctico y confortable.

    Besos mil de las dos

    J&Y

    • AllThatIsChic

      El mío es espacioso, pero necesita unos cuantos arreglos. Entre ellos empapelar. No sé de dónde sacar el tiempo. Un abrazo a las dos.

  2. A gusto en casa

    Hola Laura: Qué selección más completa y variada! Realmente todos cumplen su función: la de invitar a entrar en el hogar… o en el palacio! Amo el color y esos tonos tan primaverales me enamoran. Un beso!

    • AllThatIsChic

      Al menos que inviten a entrar. El recibidor tiene que ser acogedor, no intimidante.
      Un beso Isa.

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