
Iris Apfel: una adolescente de 93 años en Mathattan
Diseñadora y leyenda viva. A Iris Apfel la fama le llegó en su octogésimo cuarto cumpleaños con motivo de una exposición en el MOMA en 2005 en el que se expusieron más de ochenta trajes de su colección particular (piezas de Dior, Dolce & Gabbana, Nina Ricci, Geoffrey Beene, Lanvin, etc.).
Nieta de un maestro ruso de la sastrería, crecida en Queens, hija de un decorador. Estudió historia del arte en la Universidad de Nueva York, y asistió a la Universidad de Wisconsin. A lo largo de su vida realizó trabajos editoriales para Women’s Wear Daily, y de diseño de interiores para distintas mujeres de la aristocracia y hoteles renombrados, como el Hotel Plaza.
Su estilo rompió esquemas cuando demostró que la moda era intuición y que se podía combinar perfectamente ropa de diseño con piezas de mercadillo, que esa, a fin de cuentas, era una forma de rebelarse frente a los estereotipos. Creó una firma de textiles junto a su esposo: Old World Weawers.
Su viste con piezas de diseño combinadas con enormes accesorios étnicos, collares de colores y pulseras inmensas. Sus gafas son, a estas alturas, su seña de identidad . A pesar de ser reconocida como poseedora de un estilo “fuera de serie” e ella lo percibe como una parte muy banal de su existencia.
La revista AD publicó hace unos años un reportaje sobre este apartamento de Manthattan: una simbiosis de antigüedades, moda, arte y objetos extraños. Es, de alguna manera, un reflejo perfecto de sí misma. Constance tiene fijación por esta casa, le gusta con locura. Se siente totalmente identificada con la atracción que siente la señora Apfel por todo lo oriental. Danvers dice que es “para salir corriendo”.
Fotos Roger Davies para Arquitectural Digest