
Ilse Crawford: motivo de conflicto
D.—Constance, te presento a Ilse Crawford, ella es diseñadora de interiores, profesora en la Academia de Diseño de Eindhoven y fundadora de Studioilse, con sede en Londres. El enfoque de todos sus trabajos es muy simple: situar las necesidades y deseos humanos en el centro de todo lo que hace.
C.—¿Me puedes explicar qué quiere decir eso de “situar las necesidades y deseos humanos”? así, de pronto, puede resultar peligroso. Las necesidades humanas son muchas y muy dispares.
D.— Constance, no empecemos, soy consciente de que este estilo decorativo no es el que más te gusta. En respuesta a tu pregunta: esto significa crear ambientes donde los clientes se sientan cómodos; espacios públicos que hagan que la gente se sienta como en casa. Que cada hogar, cada vivienda, sea habitable y tenga sentido para todos los que la integran. Los muebles que diseña, así mismo, refuerzan ese concepto y facilitan todas las acciones y movimientos de la vida diaria.
C.—Ya, un mundo feliz: la cocina integrada en el salón, una maravillosa drawing room provista de una alfombra verde que parece recortada de un estadio de fútbol para ser incorporada en el salón como pieza clave ¡quién sabe! A veces la decoración se parece a la mala educación: en determinados momentos todo es válido. Veo un salón de estilo industrial al que se le ha incorporado un armario de oficina mastodóntico y avasallador que me recuerda a los espacios de almacenaje de la nave de un polígono… se salvan los ventanales. Estas fotografías pertenecen a su casa, ¿no?
D.— Era su casa, ahora está en venta. Descrita de esta forma, con tu “amplia visión del diseño”… poco favor le vas a hacer a esta a esta publicación. Yo la describiría de esta manera: “esta casa es la historia de una planificación tan real como sencilla; es el resultado de un trabajo de alguien que es capaz de comprender y adaptarse a la forma en que vivimos. Las paredes de este apartamento están completamente equipadas con estanterías del suelo al techo y una gran librería separa el dormitorio de la sala de estar. La luz inunda el espacio a través de grandes ventanales de guillotina y la cocina está integrada en una gran biblioteca que además dispone de una isla central con azulejos marroquíes Zellige en forma de mosaico, elaborados artesanalmente.
C.— Voy a llorar. ¿A quién se le ocurre integrar la cocina en un salón o en una biblioteca?, cocinarán poco, digo yo. No hay extractor de humos ni ambientador que pueda eliminar el olor de la comida, sin embargo, la pasión por integrar la cocina en las zonas de estar no decrece. Si a todo el mundo le gustara cocinar tanto como a mí, te aseguro que esta vertiente decorativa no tendría tanto éxito. La cocina debe estar lo más lejos posible de las salas de estar y aislada. No hay nada más inhóspito para alguien que no tiene intereses gastronómicos que estar en esa habitación, y lo que es peor, plantarse delante de un fogón. Si lo pienso bien, creo que soy capaz de sobrevivir sin cocina; una nevera camuflada con paneles de papel pintado chinesco sobre fondo de pátina dorada sería suficiente, un microondas y poco más.
D.— Constance, ¿a ti te parece normal decir estas barbaridades en un blog que trata, entre otros temas, de decoración?
C.— ¿Barbaridades?… ¡ser práctico es horroroso, Danvers!, sin un poco de artificio, misterio, magia o romanticismo la decoración se me hace rutinaria y fría. No podemos vivir la vida como si se tratara de una ecuación o un proceso en el que todo tiene que estar perfectamente organizado y calibrado. Al paso que vamos, llegaremos a saber hasta el día en que nos vamos a morir, ah y lo que es más importante: ¡cuánto nos va a costar! Mira, para tratar de ser más reflexiva, te diré lo siguiente: si un objeto me resulta práctico y además es bello convivo con él sin problemas, sin embargo, por muy práctico que sea, si carece de belleza, prefiero prescindir de él e incluso renunciar a la comodidad que pueda aportarme.
D.— Las fotos de esta otra galería, que puede que sean más de tu agrado, pertenecen a la nueva sede de Studioluise en Copenhague. La casa es del siglo XVIII y, si accedes a este local, no tienes la impresión de estar en un estudio de decoración sino en una casa privada en la que puedes desplazarte de una habitación a otra. Me encanta el sofá de tres plazas en terciopelo diseñado por el propio estudio, las sillas Hans Wegner modelo PP58 de la cocina, la butaca de ratán del salón modelo Gala de Franco Albini diseñada en la década de 1950, ah y la piel de cordero de la butaca de la primera fotografía.
C.— La hamaca colgante presidiendo la biblioteca no va a dejarme conciliar el sueño. So chic… verlo para creerlo. ¿En serio que esa balda de la librería soporta el peso de una persona descansando en este artilugio?
D.— Por último y para que te calles de una vez, te traigo estas fotografías del hotel Ett Hem de Estocolmo, que es posible que te sean un poquito más de tu agrado. Hoy no sé dónde meterme. Hubiera sido mejor idea publicar esta entrada sin contar contigo. ¡No estaría de más que de vez en cuando salieras de compras y dejaras respirar un poco al blog, a mí y a nuestros pacientes lectores! Creo que no es mala idea, de hecho, me siento orgulloso de la idea que acabo de tener. A lo que íbamos , el hotel Ett Hem está situado en una residencia privada construida en 1910. Quienes la construyeron eran “propensos a la belleza” como tú Lady Constance, y dejaron su huella en la casa, “su impronta” dirías tú… ¡¿está tu ego lo suficientemente cebado por hoy?! Crawford, para abordar este proyecto, siguió las premisas de su propietaria: ella quería conservar intacta la personalidad de esta casa sin dejar de ofrecer a sus huéspedes los servicios que requieren este tipo de establecimientos. Diseño escandinavo al cien por cien. Ya es suficiente por hoy.
C.- Danvers, te estás haciendo mayor, cada día más cascarrabias, no se te puede replicar. Me gusta este hotel, pero reconoce que esta entrada no es una de esas en las que, al cerrar, puedes exclamar: “wooow“… Y vosotros…. sí vosotros queridos y pacientes lectores, si todavía seguís aquí y habéis tenido capacidad para aguantar: os felicito.
Si os ha gustado y os apetece, podéis compartir.
Un abrazo y feliz jueves, me voy de paseo y os dejo en paz.
F

Fotos www.studioilse.com www.etthem.se
Madre mía la casa de Copenhague ha hecho que se me salten las lágrimas! PRE-CIO-SA
Lorena: la verdad es que, de toda la galería, me quedo con la casa de Copenhague. Es ideal!
Hola Laura: Según iba leyendo el texto iba preparándome mentalmente porque no sabía qué sorpresa me llevaría al ver las fotos… bueno, bueno. A ver, estoy con Constance en el tema de la hamaca: yo tampoco me subiría ahí y menos en plan relajado jajaja. Creo que es un estilo excéntrico y en ocasiones resulta frío, como en el dormitorio (con reminiscencias a habitación de hospital). En cuanto al hotel, bueno, es un sitio de paso y creo que no me importaría pasar una noche allí. Lo veo con otros ojos y creo que me gusta más que la casa. Un beso! Isa
Yo también me apunto al hotel Isa, no me importaría nada pasar más de una noche. El estilo de Ilse, la verdad es que en estos momentos manda. Las cosas como son, independientemente,
de que a Constance le guste más o menos.