
Domaine Chantecler: Aix-en-Provence
Siguiendo con el espíritu veraniego y mediterráneo que nos envuelve en estos meses: mesas al aire libre, terrazas porches, casas en la playa… hoy os hemos elaborado este post sobre Domaine Chantecler: una finca situada en la ciudad de Aix-en-Provence propiedad del peluquero Frédéric Fekkai y su esposa, Shirin von Wulffen de la que la revista AD publicó en 2016 este reportaje.
A la finca se accede a través de un camino bordeado por márgenes de piedra tallada a mano que conduce a un patio de entrada. Esta finca está bordeada de cipreses, olivos y arbustos de lavanda. A un lado hay una huerta de olivos con más lavanda, cuyas flores impregnan toda la zona durante el verano con un olor dulce, limpio y ahumado.
Fekkai, que nació y se crió en Aix, se dedica por tradición y herencia familiar a elaborar su propio aceite de oliva en esta finca. Tanto él como su esposa trabajan en Nueva York donde viven con sus hijos la mayor parte del año. Cuando la pareja compró Domaine Chantecler el lugar era básicamente una colina cubierta de pinos. Dice el propietario que se enamoraron de su naturaleza y de su ubicación porque además de ser una casa antigua se halla a muy poca distancia del centro de Aix.

www.domaineetcie.com
La casa principal del siglo XVII, aunque es preciosa, cuando fue adquirida por la pareja estaba muy deteriorada. Pasaron casi tres años reformándola y residiendo en la misma durante las vacaciones junto a sus hijos y a veces con amigos.
«Esto de reformar y a la vez habitar una casa … como que no va conmigo: o una cosa o la otra. Encima con niños por todos lados y gente invitada no quiero ni imaginármelo. Que obsesión tiene la gente con tanto espíritu familiar y con llenar las casas de gente con lo bien que está uno tranquilo» … apunta Constante.
Para reformar esta finca contrataron al arquitecto Jean Paul Bernard y al decorador Jean-Louis Raynaud. El reto para Raynaud no fue otro que el de «armonizar el estilo de vida (ajetreado y cosmopolita) de Frédéric y Shirin con el espíritu de una casa de verano de Aix del siglo XVIII». Para empezar, Bernard eliminó algunas adiciones que se habían llevado a cabo en el siglo XIX e hizo eleminar tabiques de habitaciones que estaban demasiado unidas entre sí para hacerlas más amplias y luminosas. Además, añadieron en toda la casa ventanas y puertas de estilo provenzal. En un lateral de la finca agregaron un solárium de doble altura, que une la casa a una pequeña capilla que ahora se utiliza como una habitación de invitados. El arquitecto y paisajista Marco Battaggia, ayudó a diseñar los jardines, que son esencialmente provenzales rústicos y simples. En la actualidad se utiliza como hotel rural.
Raynaud optó por un estilo elegante para los interiores, pero desenfadado y muy acorde con el lugar en el que se encuentra la finca. Muchos de los muebles que veremos en la galería fueron adquiridos en la ciudad de L’Isle-sur-la-Sorgue, cercana a Aix.
Los suelos de las habitaciones, todas comunican con el exterior, están cubiertos con baldosas de terracota y la habitación que posee más antigüedades de toda la casa es el salón que podemos ver en la galería de fotografías que os hemos preparado:

El sueldo del recibidor se cubrió de losas procedentes de una abadía de Borgoña. Los espejos de sol se adquieron en mercados de la Provenza.

Aurélien Raynaud, hijo del decorador, creó este gorila de alambre de pollo que se esconde en la sala de estar que es la habitación que alberga más piezas adquiridas en anticuarios de toda la casa.

Preciosa pergóla cubierta de cañizo y rodeada de rosas de enredadera.

Tanto los muebles como la carpintería interior están utilizan tonos típicamente provenzales. Este armario decapado ya lo pudimos contemplar en otra entrada del blog.

Suelos de terracota, camas con dosel y textiles de estilo provenzal en todas las habitaciones.

Existen pocos materiales que reflejen tan bien la esencia y el estilo decorativo mediterráneos como las baldosas de barro cocido. Fueron introducidas por los griegos en la Península Ibérica a partir del siglo VII a.C., en el que los griegos introdujeron en la Península Ibérica el uso de la arcilla cocida como material de construcción.

Los tejidos de lino y algodón utilizados para confeccionar ropa de cama, colchas, sábanas, manteles, ropa de baño, tapicería, toallas etc, que se fabrican artesanalmente en la Provenza se caracterizan por utilizar dibujos que alternan colores cálidos y suaves al mismo tiempo. Para distinguir la producción artesanal y local de otros textiles de imitación no hay más que fijarse en el precio.
Con calor y nubes, porque hoy en la Isla ha amanecido nublado y probablemente anochezca sin que apenas aparezca el sol, nos despedimos hasta la próxima entrada, entre idas y venidas a la playa y momentos de descanso.
Nos vemos, disfrutad de vuestro merecido descanso todos los que hayáis empezado en este mes vuestras vacaciones.
Si os ha gustado el artículo os damos las gracias por compartir.
Fotos Simon Watson
Buenas noches, Laura: ¡Qué bonito! El armario decapado con su menaje, esa lámpara tan original, los colores, el recibidor, el campo de lavanda… Aunque no sea real, ese gorila me impone demasiado como para compartir habitación con él. Aquí lleva unos días haciendo malo, estoy deseando ver el sol! Un beso
Hola Isa: con el mono tampoco me llevaría demasiado bien. Vente a Mallorca para ver sol. A veces se agradece una nube, parece que puedas respirar.
Un beso.