
Doddington Hall: Lincoln
La construcción de Doddington Hall fue iniciada en 1595 por Robert Smythson, uno de los arquitectos isabelinos más importantes de Inglaterra. La obra de esta casa fue completada en el año 1600. Desde hace más de cuatrocientos años ha estado en manos de la misma familia y nunca ha sido vendida por ningún miembro de las cinco familias que la han ido heredando. Durante la Guerra Civil (1642) , Doddington Hall, escapó de sufrir daños u ocupaciones porque tenía a miembros de la familia en ambos lados del conflicto. Todas estas circunstancias han dado lugar a que en esta casa se acumulara una gran colección de muebles, armas, pinturas, tapices y porcelanas. Doddington es un magnifico ejemplo de casa solariega de estilo isabelino. En la actualidad es una casa muy vivida y con historia
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1.- Origen
En su origen fue construida para Thomas Taylor, el secretario del Obispo de Lincoln, donde está situada. Sus exteriores están forrados con ladrillo y tiene patios amurallados que apenas han sido modificados con el transcurso del tiempo. En 1749 fue sometida a una gran redecoración interna, en la que se incorporó un estilo georgiano mucho más ligero. Así es como la podemos contemplar en la actualidad.
En en 1830 el coronel George Jarvis heredó la casa de Sarah Gunman y sus actuales propietarios son descendientes directos de él. Desde 2006 Claire y James Birch, se dedican al mantenimiento de Doddington. Han creando una tienda en la que se venden los productos de la granja, una cafetería, restaurante, y varias tiendas de objetos domésticos, también celebran bodas y organizan conciertos y exposiciones. Dicen que siempre hay algo pendiente de hacer en esta propiedad, ya sea en sus interiores o en los cinco acres de jardines de los que dispone.
2.- La casa
La planta baja contiene un gran salón y biblioteca, la planta superior tiene tres ambientes: una sala pequeña con una exposición sobre la vida de George Jarvis, propietario de Doddington Hall en el período victoriano, y una gran galería que ocupa la mayor parte de la planta. Este pasillo ha sido utilizado para hacer ejercicio y como bolera por las distintas generaciones de la familia.
El salón está rodeado por seis acres de jardines formales e informales. En la parte trasera de la casa están los jardines formales con setos geométricos, pero más allá de estos jardines, existen varios senderos naturales y una huerta.
3.- Los tapices
Fundada en 2006, la Doddington Hall Conservation Charity tiene como objetivo conservar y mejorar el entorno natural e histórico de Doddington Hall, los Jardines y la propiedad para el mayor disfrute todos sus visitantes.
El primer proyecto de esta fundación consistió en recaudar fondos para salvar dos juegos de tapices flamencos de finales del siglo XVII que estaban colglados en dos habitaciones de Doddington Hall desde la década de 1760 (sala de Holly y sala amarilla). Los tapices representan escenas de la vida rural y espisodios de la Guerra de Troya. Ya eran antigüedades cuando fueron clavados en las paredes de las habitaciones y, al parecer, son excepcionales. El proyecto fue posible gracias al apoyo de estudiantes y personal de los cursos de Conservación de la Universidad de Lincoln.
La conservación de los tapices del dormitorio amarillo, comenzó en junio de 2016 en un estudio que se ha creado ex profeso en una de las salas de Doddington Hall para que todos los visitantes pueden observar y comprender este proyecto en primera persona.
Me comenta Constance que mantener y hacer que una finca como esta sea autosustentable en pleno siglo XXI es un verdadero desafío. Que no tiene claro si se podría calificar esta casa de manor ya que este término se aplica a casas que, normalmente, datan de la época medieval tardía, pero que debían estar habitadas por la nobleza.
Ha incluido en la galería, dadas las fechas a las que nos aproximamos, algunas fotografías de Doddington con decoración navideña.
¿No os gustaría apuntaros a este tipo de iniciativas?, ¿No os da pena que casas de este estilo acaben demoliéndose para hacer nuevas construcciones?
Si os ha gustado la entrada y os apetece, os damos las gracias por compartir.
Buen fin de semana.
Fotografías
www.yellowbelle.co.uk
@Andrew Fletcher Photography
Hola Laura: la verdad es que me da una pena terrible derribar algo. Soy consciente de que en muchos casos tiene que ser así pero es como destruir una parte de su historia, como si con ese derrumbe se fuera una parte de las personas que han vivido allí. Por lo demás, el edificio me parece impresionante. ¡Ya aparece un tímido arbolito de Navidad en las fotografías! Un besazo!
Si que es triste, sin embargo, a veces, no se puede evitar hay veces en nadie está por la labor
de mantener y administrar estas propiedades. Es una pena. Un beso!