Decoración / Vida y estilo
Lugares con encanto

Diciembre en París: la selección de Constance

La selección de diciembre se va a centrar en París. Allí se nos escapó Constance al efecto. Al París más frío e invernal (única desventaja) pero al mismo tiempo al París más cómodo para visitar.

«Ciertamente, gracias al frío, no te encuentras con manadas de turistas haciendo fotografías a todo lo que ven como si no existiera un mañana. Al mismo tiempo te ahorras muchas colas y tiempos de espera. En Orsay pude entrar al momento (en otras ocasiones, aun habiendo reservado el billete on-line, he llegado a esperar más de una hora), e igual ocurre en el resto de galerías de arte y museos. Me perdí, eso sí, la exposición retrospectiva de Christian Dior en el Museo de Artes Decorativas por falta de disponibilidad de entradas. Visitar la exposición suponía una cola de cuatro horas (o más) al aire libre con un frío intenso. Además, no iba sola. La próxima escapada a París la realizaré en solitario porque acompañada de preadolescentes es bastante difícil.  Las fotos que veremos en la galería son de un París más invernal, con su vegetación prácticamente arrasada por el frío. De todas maneras, esta ciudad, nunca pierde su encanto y la miremos por donde la miremos y en cualquier época del año, sigue siendo (a mi juicio después de Roma) una de las ciudades más bellas del mundo»

Abrimos la selección de diciembre con esta fotografía de una mesa muy bien dispuesta en Simrane, 23 y 25, rue Bonaparte. Aquí podemos encontrar complementos de decoración para nuestra casa, mantelerías, cojines, servilletas, pareos, fulares, etc.  Las tiendas parisinas que me más me llaman la atención están en Saint Germain. Atención a esta tela:

También tuve el placer de tropezar literalmente con este impresionante libro que contiene más de 1080 grabados de pájaros pertenecientes a la Historia Natural de  Georges Louis Leclerc, conde de Buffon  (Montbard, Borgoña, 7 de septiembre de 1707 – París, 16 de abril de 1788), naturalista botánico, biólogo, cosmólogo y escritor francés en la  Libraire Amélie Sourget,  1 Rue de l’Odéon  :

Una de las tiendas que más me apetecía visitar es la de Michele Aragon 21, rue Jacob, de antigüedades y decoración interiores. No tiene página web, pero es una de las tiendas más especiales que he visitado jamás y sus dueños no pudieron ser más amables. Es muy difícil hacerse a la idea de todo lo que hay en su interior en un primer golpe de vista. La tienda posee una mezcla infinita y muy ecléctica de telas y kilims antiguos,  además de cristal soplado elaborado en su propio taller y vajillas… y de las vajillas de Michele Aragon vamos a a hablar.

Respecto a las vajillas, las piezas más bellas que pude contemplar son las que os voy a mostrar en las fotografías que vamos a ver a continuación. Se trata de terres en mêlées. La mayoría de las cerámicas que estamos acostumbrados a ver están cubiertas en la superficie con uno o más esmaltes y con unos dibujos que parten de unos patrones y un colorido determinado. En la técnica de las terres en mêlées los dibujos se forman a partir de placas de distintas arcillas (mezclando distintos colores para componer el dibujo deseado) que se superponen y posteriormente se cortan.  Os dejo esta fotografía que lo explica con mucha más claridad:

www.latelierdescouleurs.net

www.latelierdescouleurs.net

Una vez realizado el corte, se aplanan y golpean hasta obtener el dibujo deseado. El conjunto se deja secar por completo (lo más lentamente posible) hasta que desparece en su totalidad. Una vez seco, las piezas se lijan con sumo cuidado. El dibujo reaparece lentamente. Después del lijado las piezas se hornean, y finalmente, se cubren con un esmalte que enfatiza los dibujos y acentúa aún más la vivacidad de estos colores. El conjunto recuerda a una pieza de mármol o de ágata. Esta técnica se originó en China entre los siglos VI y VIII. En Europa, a partir del siglo XVIII, empezó a utilizarse por alfareros franceses e ingleses y aquí podemos contemplar el resultado final:

Vidrio soplado fabricado en el propio taller de Michele Aragon:

Casi al lado de la tienda Michele Aragon podemos visitar la Boutique Gien (Saint Germain des Près) 13, rue Jacob. De la loza de Gien ya hablamos en esta entrada y gracias a la amabilidad de Marceline (¡merci beaoucup Marceline!), tuve la suerte de poder fotografiar algunas de los modelos que vamos a ver hoy. A continuación, el modelo Pivoines (se trata de un patrón original del siglo XIX) en este caso en azul y blanco. Diría que es uno de los más bonitos de todas las colecciones de Gien:

El modelo París hace un delicado homenaje a esta ciudad a través de sus monumentos:

Colección Indigo en tonos rojizos

El modelo Scandinavian Winter preparado para recibir la Navidad:

Colección Indigo en blancos y azules

Piezas del modelo Pivoines (perteneciente a la colección Prestige, totalmente pintada a mano):

Modelo Route des Indes:

Centro de mesa de la colección Pivoines:

Juego de té de la colección Indigo:

Nos vamos a los jardines del Palais Royal, donde podemos encontrar algunas de las tiendas, quizá más especiales y peculiares que se pueden hallar en esta ciudad:

De la Joyce Galerie, me quedo sin lugar a duda con estos maravillosos cuellos y puños de encaje de Catherine Osti. Nunca me casaré de decirlo: esto sólo se encuentra en Paris.

Catherine Osti comenzó su carrera en los talleres de Chanel. Allí trabajó durante 6 años en colecciones de Alta Costura. A la vez que colaboraba con Chanel y con otros diseñadores, creó su propia empresa de accesorios de moda destinados a embellecer y sublimar cualquier atuendo: gemelos, bisutería, así como puños de camisa y cuellos como los que vamos a ver en estas dos fotografías. En la actualidad sigue participando en las colecciones Métiers d’Art de Chanel . Savoir faire y poesía:

Y nos vamos a las galerías Véro-Dodat :

de allí me quedo, sin luga a duda, con la Galerie Eric Philipe especializada en muebles y objetos de diseño escandinavo (1900 a 1960); francés (1920 a 1950); americano (1940 a 1960) y austriaco (1900 a 1930):

En la Galerie du Passage de Pierre Passebon  (seguimos en el  22 – 26 de galerie Véro-Dodat),  en este momento (y creo que hasta el 18 de enero) se exhiben doscientas fotografías, dedicadas a Marlene Dietrich realizadas por los mejores fotógrafos del siglo pasado: Edward Steichen, Cecil Beaton, Milton Greene, Irving Penn, Richard Avedon, Antony Armstrong-Jones … rien ne va plus:

En la galerie Vivienne (en el numéro 64)  pude visitar  la tienda de antigüedades del anticuario Joyce Pons de Vier  que cuenta con una amplia gama de objetos muy  originales y antiguas telas para tapizar.  Monsieur Ponse de Vier, je vous remercie pour votre attention:

Sirvy, 2o, rue de l’Odeon, (tampoco cuenta con página web)  es una boutique especializada en toiles de jouy, vajillas, accesorios de decoración y tapicerías. Me llamaron especialmente la atención algunas de las toiles (entre ellas el modelo Le grand corail de Pierre Frey) y los manteles de la firma Beauvillé Ligne de Maison que se llevan fabricando desde hace más de doscientos años en Ribeauvillé.  En las fotografías veremos dos mesas vestidas con estos manteles (una de ellas muy navideña). ¡Merci Catherine, à la prochaine!:

Beauvillé Ligne de Maison

Beauvillé Ligne de Maison

Y de las tiendas nos vamos al Museo Cluny de Arte de Medieval de París   situado en pleno corazón del bario latino, formado por la termas galo-romanas y el hotel particular construido por los abates de Cluny a finales del siglo XV. 

La información que se dispone actualmente sobre la construcción del hotel de Cluny es escasa. Para poder empezar a hablar de este edificio debemos situarnos en los últimos años del siglo XV (1485-1510). Algunas hipótesis han querido atribuir el principio de las obras de este hotel al abad Juan de Borbón, elegido en 1456 y fallecido en 1485, sin embargo; otras teorías apuntan a que la construcción del hotel de Cluny se debe a Santiago de Amboise: hermano mayor de Georges d’Amboise (cardenal y arzobispo de Rouen y ministro de Luis XII). Los abates de Cluny conservaron la propiedad de este hotel hasta la Revolución, si bien sólo permanecían en él de forma esporádica. Durante el antiguo régimen los apartamentos podían ser alquilados total o parcialmente. La diversidad de las obras maestras que contiene este museo es realmente extraordinaria (queridos lectores, os invito a que lo visitéis, si no lo habéis hecho ya, en vuestro próximo viaje a París, porque merece realmente la pena). He de reconocer que yo iba un poco a regañadientes, imaginando, tal vez, que el contenido de las obras del museo abarcaría una temática totalmente castrense. Nada más lejos de la realidad:

Sin más preámbulos voy a pasar directamente a la joya del museo: la serie de tapices flamencos de la Dama del unicornio, originaria del 1500, joya del medievo, descubierta por Prosper Merimée en 1841 en el Château de Boussac (que era propiedad,  por aquel entonces, del subprefecto de Creuse) donde habían sufrido bastantes daños debido a las malas condiciones de almacenamiento. Esta colección adquirió una gran popularidad en 1845 a raíx de varios textos que les dedicó George Sand.  La serie está formada por seis tapices denominados: Le Toucher, Le Goût, L’Odorat, L’Ouïe, La Vue y Mon seul désir.  Los tapices fueron adquiridos en 1882 por Edmond Du Sommerard, primer director del Museo de Cluny, donde permanecen en la actualidad:

Este tapiz que vemos en la fotografía superior (que es verdaderamente increíble y me tuvo hora y media plantada delante de él) es más ancho que los otros, y tiene un estilo algo diferente. La dama está situada en el centro del mismo y a la vez, enfrente de una tienda, en lo alto de la cual se puede leer “À Mon Seul Désir”, una frase misteriosa, que, hoy en día, aun no podido ser interpretada con claridad: “mi único deseo”; “sólo según mi deseo”; “sólo por deseo mío”. A la izquierda de esta dama, su doncella está de pie, sosteniendo un cofre abierto. La dama está colocando en el interior del cofre el collar que lleva en los otros tapices. A su derecha podemos contemplar un banco bajo donde aparece un perro sobre un cojín. El unicornio y el león se alzan enmarcando a la dama mientras sostienen los banderines. La verdad es que es de una belleza excepcional:

Ejecutados con maestría técnica y un refinamiento únicos de este conjunto presenta una gama de hasta treinta tonalidades diferentes, creadas a partir de tinturas vegetales como la orchilla para los tonos violetas o la garanza para los carmesíes, cuya naturaleza ha sido respetada escrupulosamente en su restauración.

No me puedo olvidar, sería injusto, de las vidrieras originales de la Saint Chapelle que se sobrevivieron a las barbaridades de la Revolución y que podemos contemplar en Cluny:

Ni de esta colección de vasos, jarras y copas del siglo XIII, procedentes de Francia, Siria y Egipto:

Y me despido con algunas fotos que hice en París, con la ayuda de Danvers. ¡ A bientot!»

Se despide Constance, porque está muy ajetreada en estos momentos (y muy concentrada). Aún tiene pendiente la decoración navideña de la casa (siempre deja este asunto para el final) y está preparando un post sobre el Museo Nissim de Camondo que pudo fotografiar con todo lujo de detalles y que veremos en la próxima entrada (es el que más ilusión le hace). Para no aburrirse, está dándole vueltas a la mesa de Navidad («que si la pongo en azul y rojo; que si en blanco; que si un sólo centro; que si dos más pequeños; que si no encuentro rosas de Navidad del color que me gustan; que, pensándolo mejor, son más bonitos los magnolios; que tengo que encontrar hilo fino de hierro para hacer una guirnalda; que me retiréis el sofá de esta sala y lo pongáis en la otra porque aquí me quedaría muy bien otra mesa navideña más pequeña; que si me descolgáis este cuadro para que me sirva de fondo de fotografía; que si debería planchar otra vez las servilletas porque nunca sé de qué manera las voy a doblar hasta el final y luego me quedan las marcas del planchado, ah y necesito eucalipto y ramas de abeto…»)

Nos vemos en la próxima entrada.

Si os ha gustado este artículo, os damos las gracias por compartir.

 

Todas las fotografías 

Laura Ferragut para All that is chic

Este artículo tiene 1 comentario

  1. retroyconencanto

    ¡Qué interesante y diferente visita “turística” de París hemos hecho hoy de vuestra mano, Laura! Tiendas con un encanto y una categoría difícil de igualar, que probablemente nunca habríamos visitado, y que forman parte del “charme” que envuelve a a esta ciudad.

    Seguro que tu mesa de Navidad vuelve a ser magnífica, nos encantara echarle un vistazo… ¡Feliz Navidad de corazón y besos mil de las dos!

    J&Y

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